Mi colección de suscripción durante el curso

Parece mentira cómo pasa el tiempo, y la cantidad de minutos que perdemos en él son impresionantes.

La verdad es que soy un estudiante que necesita desplazarse hacia la universidad usando un medio tan bonito como es el tren. El tren, lleva incorporados unos elementos a tener en cuenta:

  • Se trata de un medio de transporte aburrido.
  • Las esperas, sobretodo cuando tu ciudad está muy lejana del lugar al que te quieres desplazar, se hacen largas.
  • Las idas y las vueltas no incorporan ningún elemento sorpresa, y el tren se convierte en TU tren.

Así pues, volviendo al tema principal, desplazarme cada día hacia mi centro de estudio requiere ni más ni menos que 1 hora y media + esperas de mi tiempo. Al principio, se convierte en un suplicio y en algo insoportable, pero debo confesaros que la costumbre acaba liberándonos de esa desesperación inicial.

Cuando empiezas a desplazarte en medios así, usas el medio o recurso más corriente en éstos: la música. Pero descubres que no acabas usando o consumiendo todo el tiempo escuchando música, ya sea porque te aburres o te cansas de mirar y de pensar siempre lo mismo.

Así pues, recurres al recurso más expandido: el estudio en tren. Imposible, por la mañana porque hay sueño, y por la tarde porque no hay ganas de estudiar aquello que has estado haciendo durante toda la mañana y lo que quieres o necesitas es desconectar. Así que el estudio se vuelve un medio esporádico y necesario sólo en los casos más importantes.

Entonces, otro de los recursos más importantes y expandidos en nuestro país es el dormir. Al principio es algo complicado porque los trenes de cercanías tienen los asientos algo duros y poco acolchados, pero después descubres la posición perfecta para poderse quedar un poco dormido o atontado.

La verdad es que es una táctica que he usado durante un largo tiempo pero descubrí que hacerlo me hacía sentir igual y no me aportaba nada.

Así pues, recurrí al último de los recursos (los normales, ¡claro!): leer. Una tarea olvidada desde hacía muchísimo tiempo, una tarea a reemprender algún día (que ese día no llegaba nunca ni parecía que llegaría). Os puedo asegurar que al principio cuesta: te distraes, te duermes, te mareas, te aburres, no sigues la historia del libro… Pero a la que se empieza a cogerle el gustillo de nada valen las excusas, te aíslas totalmente al mundo imaginario en el cual te lleva el libro.

Con todo esto, solo quiero dar a conocer la compañía que he tenido durante ese tiempo «muerto«.

Esta entrada sólo está creada para dar a entender que en nuestra vida tenemos mucho tiempo, y que siempre que podamos lo aprovechemos, porque una vez perdido, no hay forma de volverlo a recuperar.

Además, la lectura ayuda a corregir nuestra ortografía, a podernos expresar mejor, a adquirir vocabulario nuevo, a corregir y dar más sentido a nuestros textos, a ser mejor personas y a entender todo aquello que nos rodea. Nos permite desarrollar nuestra imaginación y nos permite sentirnos a gusto con nosotros. De verdad, creedme, la lectura puede aportarnos muchísimos elementos que quizá desconocemos. No dejéis que la televisión, el ordenador y el trabajo os quite u os absorba el tiempo que podrías dedicar a la lectura.

¡Por cierto! En la foto hay un libro que todavía no me he leído (más que nada porque es una segunda parte). Perdón por el engaño pero fui cogiendo los libros de la estantería y creí que era uno de los de este año.

Eso sí, 17 libros más el que me estoy leyendo ahora, no está nada mal.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba
A %d blogueros les gusta esto: