Antes de empezar, me gustaría haceros referencia a otra entrada que empecé hace algún tiempo, en la que podemos encontrar bastante información en cuanto al tema de los SSD. Además, la información aquí contenida va a estar un poco relacionada con ésta, así que no está de más echarle una pequeña ojeada (aunque sea por simple curiosidad):

• Unidades SSD en ordenadores antiguos

Bien, una vez introducidos en el tema, os hablo pues de mi ampliación.

Hace algunas semanas decidí hacerme con un Samsung EVO 840 de 250GB.

¿Qué provocó la situación?

La verdad es que por fortuna, me hice con un portátil a coste «0». Este portátil es un Lenovo G570, para mí, con unas especificaciones suficientes y sobradas si tenemos el gusto de usarlo conjuntamente con un SSD: un i5, con 4GB de RAM, tarjeta Intel HD Graphics 3000 con salida HDMI para poder ver mis películas en mi televisor…

En fin, para hacer un uso cotidiano y básico, me sobra ordenador (ya que hasta ahora he estado usando un Core 2 Duo E4500 con 3GB de RAM y una Nvidia Geforce 210 más un SSD y de perlas).

De este portátil hay que remarcar lo siguiente:

• Tenía un HDD SATA de 500GB (al cambio 465GB disponibles) con sectores en riesgo, proporcionados por CrystalDiskInfo (herramienta de análisis de estado de los discos del ordenador).

Comentaros que pasado un mes, después de los errores que me dio el disco, empecé a indagar para saber si era posible solucionar esos avisos y… Con HDD Regenerator, después de más de 9 horas en proceso, me detectó una incidencia que fue recuperada/arreglada por el programa. Ahora, tengo un disco que puede seguir funcionando bien, y sin (de momento) ningún problema aparente (más gigas para mí).

• Y otro punto a remarcar es la carencia de USB 3.0, sin la posibilidad de poderlo ampliar (por lo que de momento sé). No es un punto a favor pero tampoco es un punto muy en contra… Con esto quiero decir que puedo vivir sin ellos y seguir disfrutando de un buen ordenador.

Ahora bien, ¿por qué me decanté por un SSD de Samsung?

La verdad es que tuve en mente otras marcas (Crucial, Kingston, Sandisk) pero al final, me incliné por este.

¿Motivos?

Bueno, la verdad es que no muchos… Digamos que me guié en parte por las opiniones de los usuarios, el precio en el que se encontraba en el momento de la compra y también, importante, el tamaño del disco. Bueno… No son muchos motivos claro… ¡Pero son más que suficientes!

¿Por qué uno de los motivos era el tamaño?

Pues porque no podía arriesgarme a usar unas medidas fuera de las que el propio portátil me ofrecía (sobretodo en el aspecto más variable del SSD, el grueso).

Así que hace aproximadamente un mes me hice con un nuevo SSD, un Samsung EVO 840 de 250GB, en Amazon, por un precio de 112€.

¿Cómo lo instalé?

Pues la verdad no me compliqué mucho. Desmonté la tapa inferior y todo venía bien claro: dos tornillos de anclaje en el disco duro, tirar de la ranura donde estaba conectado, desmontar la estructura donde se encontraba el HDD y revertir los pasos para insertar el SSD.

¿Cómo realicé la instalación de software?

No me quise complicar. Sé que no es la mejor opción pues los SSD deben usarse con cariño en las instalaciones de S.O. (sobretodo en el tema del formateo) pero bueno, simplemente usé el software de Lenovo, One Key Recovery, creando unos discos de recuperación del sistema de fábrica y en menos de una hora ya tenía el S.O. instalado en el SSD.

Ahora solo faltaba personalizarlo a mi gusto, quitando opciones y programas que no quería y actualizando Windows hasta la saciedad.

¿Qué puedo destacar del SSD en cuestión?

Bien, hay que tener en cuenta que Samsung viene con un software bastante útil, Samsung Magician, un software que os recomiendo instalar si os hacéis con un SSD Samsung.

Samsung Magician nos permite personalizar y optimizar nuestro SSD al máximo y observar características importantes de nuestro disco.

Entre ellas destaco:

• La información del sistema: Parece una tontería pero para mí, es importante que me informe si el disco está bien conectado o no, y a veces cualquier otro programa no te acaba de dar toda la información. Esta información incluye si el AHCI Mode está activo, en qué interfaz de SATA nos encontramos (SATA I, II o III) y la optimización del sistema que se ha realizado.

• Prueba de rendimiento: Otro programa para hace pruebas de rendimiento, aunque también tenemos CrystalDiskMark o ATTO.

• Optimización del sistema: Un apartado de optimización «sencillo» para poder configurar el S.O. para que éste funcione mejor con el SSD. En este apartado tenemos tres opciones:
  • Rendimiento Máximo.
  • Capacidad Máxima
  • Fiabilidad Máxima.

Aquí cada usuario es libre de hacer lo que quiera y optimizarlo como quiera, pero recomiendo optimizarlo para alargar la vida útil de éste como mejor opción.

• Por último existe otra característica diseñada por Samsung que es «Rapid Mode«, un modo que nos dispara los resultados de pruebas de rendimiento, provocando mayores aumentos en lectura y escritura, gracias al uso de parte de nuestra memoria RAM. Según he leído esta característica es más marketing que otra cosa así que… Personalmente la tengo desactivada.

¿Cómo me han funcionado los SSD hasta ahora?

Como bien os comenté, existe otra entrada relacionada con otro SSD, un Kingston. Os puedo comentar que hasta ahora no me arrepiento para nada de los cambios realizados y hoy en día jamás adquiriría un portátil u ordenador que no tuviera su S.O. en un SSD. Gracias a él, se han acabado los tiempos de espera y la desesperación ante la ejecución y la carga de procesos existentes en el sistema operativo.

Hoy en día, aconsejo firmemente utilizar un SSD (para S.O.) y como almacenamiento es completamente viable un HDD. Olvidaros de cualquier ordenador o portátil que no contenga estas características, creerme, cuando lo probéis no querréis cambiar (de momento mis 9 meses no los cambio por un HDD convencional).

Antes de acabar, me gustaría dejar constancia de las pruebas que he realizado con CrystalDiskMark, en ellas se observan pruebas en:

• Mi Samsung EVO en el portátil (con AHCI Mode activado y conectado en SATA III)
• Mi Kingston V300 en mi ordenador de sobremesa (con AHCI no operativo, y conectado en SATA II)
• El HDD de 500GB que poseía el portátil, ahora instalado como segundo disco en mi ordenador
• Un HDD conectado a través del USB 3.0 de mi ordenador

Con estas pruebas no quiero dejar constancia de que todo vaya a la perfección, simplemente de la variación de Mb/s que tenemos, dependiendo cómo esté conectado nuestro disco.

Es posible que los resultados en algunos casos puedan mejorarse, pero como bien sabéis, no soy un experto y hasta ahora, con toda la explicación dada os digo que un SSD cambiará vuestra concepción de lo que es un ordenador (sean cuales sean los resultados, siempre y cuando se cumplan mínimamente las condiciones para que estos puedan funcionar de forma correcta).

Espero que mi experiencia os pueda ser productiva y que tengáis algunas nociones más de lo que significa tener un SSD por SATA III, un SSD por SATA II, un HDD por SATA II o un HDD SATA por USB 3.0.