La máquina de la experiencia y la realidad

[…] Supón que pudieras elegir, deliberadamente y a sabiendas, ser conectado a una máquina que te proporciona las experiencias de tener amigos, fama, riqueza, buen aspecto, éxito y cualquier otra cosa que te haga feliz. Después de ser conectado, olvidarás todo subre tu vida anterior y no serás desconectado de la máquina más adelante. ¿Elegirías ser conectado a la Máquina de la Experiencia?

Nozick afirma que, si lo pensaras detenidamente, no lo harías. Uno no desea únicamente la experiencia de tener amigos y ser querido. Uno quiere tener amigos y ser querido de verdad. Es cierto que si no los tienes y no te sientes querido puedes tener la tentación de escapar de la realidad y entrar en una fantasía. (Algunas personas se drogan por esta razón). Pero si pudieras tenerlos, preferirías unos amigos reales a unos imaginarios. Lo mismo ocurre con la fama, la riqueza, una buena apariencia, el éxito y todo lo demás.

La naturaleza de nuestra realidad y por qué es importante.
Lyle Zynda, Tomar la pastilla roja.

[…] En el pasado hubo filósofos que dijeron:

A ver, si le doy una patada a una piedra y me hago daño en el dedo es real, lo noto, parece real, es intenso y eso significa que es la realidad.

Pero eso sigue siendo una experiencia, sigue siendo la percepción de esa persona de que es real.

¿Y tú qué sabes? – 2004.

Algunos experimentos científicos han demostrado que si coges a una persona, le conectas el cerebro a ciertos escáneres de tomografías por emisión de positrones o a cierta tecnología informática y le pides que mire a un objeto se iluminan determinadas áreas del cerebro.

Si luego le pides que cierre los ojos e imagine el mismo objeto, cuando lo hace, se iluminan las mismas áreas del cerebro, como si en ese mismo instante estubiera mirando el objeto.

Esto ha provocado que los científicos retrocedan y se planteen lo siguiente: ¿Quién ve entonces? ¿El cerebro? ¿Los ojos? ¿Qué es la realidad? ¿Es lo que vemos con el cerebro? ¿O la realidad es lo que vemos con los ojos?

Y la verdad es que el cerebro no conoce la diferencia entre lo que ve en el entorno y lo que recuerda, porque se activan las mismas redes neuronales.

¿Y tú qué sabes? – 2004.

Y por hoy basta de pensamientos, mi intención no es justificar o negar esta serie de afirmaciones, son sacadas de una fuente de lectura y de una fuente de televisión. Está dirigido para todo tipo de públicos y las reaciones pueden ser varias, espero que os haga pensar un poco como me pasó a mí, y sobretodo, espero que os entretenga un poco.

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