Abrir los ojos.

A día de hoy:
Abro los ojos.
¿Dónde estoy? ¿Qué es todo esto? ¿Qué le pasa a mi cuerpo?
Mis párpados no resisten y evitan mi visión.

24 horas antes:
De nuevo abro los ojos.
Mi maldito despertador está sonando de nuevo, a las 4 y media de la madrugada para ir (como cada día), a trabajar.

Por dentro pienso: ojalá mis ojos no se abrieran nunca más.

Hoy me he levantado como cada día, asqueado de mi vida, apenas he dormido 4 horas y es posible que mañana duerma menos. Son las 4 y media de la madrugada y no tengo café, mi último sobre me lo acabé ayer mientras veía algo de telebasura por la noche, mientras a su vez, escuchaba los gritos de los vecinos, sus fiestas y su despreocupación por las ocupaciones de los demás.

Quiero largarme pronto de este vecindario.

Cierro los ojos e intento relajarme con las gotas que caen progresivamente por mi cuerpo, intento imaginarme en situaciones mejores, intento encontrar aspectos positivos en mi vida para poder empezar mi día con energías.

Lógicamente, no lo consigo.
Cada maldito día igual.

Trabajo de 6 de la mañana a 3 de la tarde, llego a casa, como cualquier cosa (preferentemente comida preparada o semi-preparada) y sobre las 4 y media, después de 12 horas despierto, necesito un descanso de una hora.

Cierro los ojos y en menos de 5 minutos los abro porque ya ha pasado una hora. A veces pienso:

Ojalá el tiempo pasara así de rápido en los momentos que más necesitamos.

Y ahora, a superar mi tarde… Estoy estancado desde hace mucho tiempo. No puedo descansar bien, la relación con mi familia no va bien, no recibo apoyo de mis amigos, no tengo a nadie que me quiera, mi trabajo no vale para nada y lo peor de todo es que ni yo mismo me quiero.

No tengo ánimos para cambiar lo que en mi vida se ha ido creando. No tengo ganas de encontrar a nuevas personas, no tengo ganas de cambiar mi estado de ánimo, no sé qué debo hacer para curar esta enfermedad que tengo.

Necesito ayuda, está claro, pero nadie me la da.
Necesito a gente que me quiera, pero lógicamente nadie me quiera.

¿Necesito un psicólogo? Es posible… Pero ni tan siquiera me motivo para ir a hablar con un desconocido que posiblemente pueda ayudarme más que los amigos de mierda (perdón por la expresión) que tengo.

Y todos los días igual, la misma historia… Trabajar para sobrevivir con 600 euros al mes, dormir y trabajar. Viendo la televisión todas las noches con la mirada perdida, perdiéndome todas las películas que me pongo a ver…

Pensando siempre en lo mismo…
Siempre las mismas preocupaciones…

Hace tiempo era una persona feliz con cualquier cosa, hace tiempo las cosas me iban bien pero hubo un momento en el que no pude aguantar más y me fui derrumbando, el gran edificio que había construido ante mis ojos se convirtió en polvo, se convirtió en nada…

Necesito ayuda, por favor, que alguien me ayude… ¿Parezco estúpido verdad? Este texto lo estoy escribiendo en un mísero papel, como si alguien lo fuera a leer, y lo más seguro es que acabe perdido en un cajón o usado como mantel para invitados.

No puedo más.

Abandono, y creo que la mejor manera de abandonar es quitándose la vida, y es posible que nadie se acuerde de mi hasta que no desprenda el hedor suficiente para que mis malditos vecinos se den cuenta que he muerto.

Al menos, conseguiré dormir, por una vez en mucho tiempo.
Conseguiré descansar.

Me dirijo a mi bañera y la empiezo a llenar de agua.
Cojo unas cuantas pastillas antidepresivas del cajón de mi mesita y unas cuantas pastillas contra el dolor de cabeza.

Me dirijo de nuevo a la bañera, cierro el grifo.
Ya está llena.
Ordeno las pastillas alfabéticamente (mis manías siempre están ahí) y lleno un vaso de agua con el agua de mi bañera.

Me miro al espejo.
Miro mi cuerpo endeble.
Miro mi asco de vida.

De pronto, las luces se apagan.
Estoy a punto de cometer una barbaridad…
Empiezo a darle vueltas a la cabeza, empiezo y no acabo, no hay manera de que mi cabeza deje de dar vueltas.

Algo sorprendente acaba de pasar.

Ahora estoy en mi habitación,
Sentado en mi escritorio,
Y tengo una libreta enfrente, con unas palabras escritas.

Hoy amigo, es un gran día para ti.
Y no solo hoy, sino mañana, y pasado, y todos los días que consigas que pasen de hoy.

Hoy quiero demostrarte que no estás solo,
Y sobretodo que eres un cobarde, pues has intentado quitarte la vida.
Sí, tal y como has oído, eres un cobarde pues has sacado las energías suficientes para intentarte suicidar pero no para intentar arreglar tu vida.

Te voy a dar unos consejos, y nunca más voy a perder el tiempo contigo.

Como te he dicho nunca vas a estar solo, siempre va a haber alguien que te aprecie, pero para ello vas a tener que empezar a creer en ti, y sobre todo, vas a tener que empezar a quererte.

La vida es muy larga, y un gran tanto por ciento son malas experiencias o malos recuerdos, pero las personas somos muy sencillas. No necesitamos ser felices siempre, la pequeña felicidad que conseguimos nos sirve para superar años y años de desgracias.

¡Sí, tal y como oyes!

Tu vida, puede ser una completa mierda pero, ¿verdad que antes fue algo más que eso? Consíguelo de nuevo, no eres un discapacitado y no tienes ninguna disminución física, así pues, aprovecha y lucha por algo tan importante y único como lo es tu vida.

Todos tenemos la fuerza suficiente para hacer lo que queramos, y aunque creamos que sufrimos más que nadie, tenemos que seguir siendo felices pues seguimos existiendo en este pequeño mundo.

Lucha y nunca te rindas.

¿Que quién soy?
Soy tú mismo, un paso por delante.

A día de hoy:
Estoy en mi cama.
Repaso una y otra vez las palabras de la libreta.

Voy a ser feliz de nuevo, voy a conseguir todo lo que me proponga, voy a necesitar ayuda y la voy a buscar.
Voy a quererme.

Basta de hacerse la víctima, basta de hacer el estúpido.

Basta de perder el tiempo.

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