Hace tiempo que tenía pendiente hacer esta entrada, simplemente para comentar la curiosidad de los Mikado. La verdad es que no sabía de su existencia hasta que entré en una tienda, vulgarmente llamada, «de olores o de perfumes«.
Mi petición a la dependienta fue que quería poder tener una olor característica en mi habitación pero que no se obtuviera con fuego (es decir: incienso, velas…). Mi idea principal era una especie de bandeja que contuviera hojas secas y en ellas echar algunas gotas del perfume que más me gustara.
La verdad es que no parecía algo muy buen visto en mi habitación, pero no se me ocurría nada que pudiese superar o ser equivalente a las típicas velas perfumadas. Pero en el mismo momento que me intentaba explicar, mi chica mencionó a la dependienta sobre unos palos perfumados y mi idea se desvaneció de la noche a la mañana. Gracias a la buena aportación, encontré algo novedoso (para mí) llamado «ambientador mikado«. Este ambientador consiste, dicho de la forma más ruda posible, a introducir unos palos en un recipiente cargado de un líquido perfumado. La idea es que estos palos absorben el líquido y una vez les das la vuelta te ofrecen una fragancia exquisita en tu habitación.
Hace meses que los poseo y estoy bastante orgulloso de ellos. Eso sí, hay olores que duran más o que duran menos, que son más fuertes o más bien suaves, pero es elegir e ir aprendiendo sobre la marcha.
Aquí os dejo una foto de mis Mikado:
Decir también que la última vez que fui me ofrecieron también un pote de «spray» para introducir parte del perfume comprado. Con ello decir que se consigue el punto de perfume en los momentos que se desee, sobretodo en ropas, cojines, armarios o sábanas. Muy útil para conservar el olor un poco más.
Si os interesa, ya sabéis dónde lo podéis encontrar. Probadlo, no os arrepentiréis.
Además, ¡daréis algo de clase a vuestra habitación, sala de estar o dormitorio!