Los Reyes Magos siempre saben que necesito…

Han pasado ya unos días del esperado día 6 de Enero, pero todo y el tiempo, no he olvidado en comentar por aquí uno de mis nuevos juguetes.

La verdad es que no me esperaba tenerla en mis manos, y creía que mis oportunidades a ella irían disminuyendo con paso del tiempo pero no ha sido así.

Un paquete bien grande adornaba mi salón el día 6 de Enero. Un envoltorio que desvelaba envolver un objeto de tamaño considerado, un envoltorio que una vez descuartizado desveló uno de mis ansiados juguetes no poseídos todavía: la PlayStation 3 (PS3).

No puedo decir gran cosa de ella, simplemente que es una obra de arte, y la alta definición (hasta el momento no «tastada» en mi televisor) ha dado resultados muy positivos.

Como podéis ver, el paquete venía con el nuevo Assassin’s Creed, La Hermandad. La pega es que se trata de una tercera parte, y aunque jugué hace tiempo y me pasé la primera (para PC), empezar por la tercera me ha hecho estar algo perdido. De todos modos me ha encantado, y las nuevas mejoras aportadas en diferencia a la primera parte son bastante apreciables y notorias. La pega es que solo tengo un juego, para ya está bien, en época de exámenes no me puedo permitir muchos lujos, y aunque ya me lo he pasado (en un total de 13 horas bien buenas) no es momento de distraerme demasiado.

A parte, comentar que tengo ganas de probar mis nuevos DVD Blu-Ray, eso si, de precio asequible. Tengo unas ganas terribles de sacar el rendimiento a los 1080p que me ofrece esta pequeña pantalla que tengo desde no mucho más de medio año.

Realmente un lujo. Mi habitación poco a poco va llegando a lo que quiero que sea, le faltan unos pocos detalles más que deben ser resueltos en un plazo de dos meses (no mucho más), para darle el toque final. La pega es que se me está quedando pequeña (sobretodo con el tema de DVD’s y libros) así que alguna me tendré que inventar para que en el futuro siga poseyendo las características que yo desee. Hasta el momento las está cumpliendo todas.

Bueno, se empieza con una habitación y se sigue con un pequeño «pisito» ¿verdad? Tiempo al tiempo, el dinero no apremia, y los estudiantes somos estudiantes (sí, la buena vida), ya habrá tiempo de sufrir… O no.