Desde bien pequeño, siempre me había hecho gracia tener uno de estos aparatos, pero como toda ilusión de niño quedó atrás.
No fue hasta hace unas semanas que vi, en mucho tiempo, una estación en casa de mi chica, y de nuevo, como un niño pequeño, mi ilusión y mis ganas de cumplir mis deseos afloraron de los más dentro de mi ser.
Así pues, con un paseo por el Media-Markt, encontré unas cuantas estaciones, y después de debatirme entre varias, me decidí por comprarme una de ellas, una estación sencillita de 46€ para calmar mi sed de capricho, una Oregon BAR386.
Y como bien hago en todas mis entradas relacionadas con «Fragmentos sobre Mí» incluyo algunas fotos de mi nuevo aparatito para que al menos sepáis que no miento y que a veces necesito comportarme como el niño que era antes:
Ésta es la estación meteorológica que tengo instalada en mi habitación, y en su pantalla muestra:
- Previsión del tiempo de 12 a 24 horas (está claro que no siempre acierta, ya que si ni los meteorólogos aciertan el tiempo con un sin fin de aparatos no podemos esperar que el mío si que lo haga).
- Temperatura exterior con indicación de tendencia (si la temperatura se mantiene estable, baja o sube).
- Temperatura interior con indicación de tendencia.
- Máximas y mínimas de temperatura.
- Diferentes canales para establecer diferentes sensores térmicos.
- Hora, fecha, año y despertador.
- Fase actual de la Luna.
- Aviso de temperatura de helada.
Este es el sensor que usa la estación para establecer los datos en su pantalla, este sensor tiene un alcance de transmisión de 30 metros, evitando a ser posible puertas y ventanas por el camino.
