Recientemente, adquirí por herencia un disco duro externo de 2,5» el cual parecía que tenía algunas dificultades y que su vida útil se estaba acabando, pues en algunos momentos, acceder a algunos contenidos dentro de él no era posible.
De hecho, uno de los primeros errores que me apareció con un archivo fue el siguiente:
Error verificación por redundancia cíclica (CRC)
Para poder indagar más al respecto, usé la herramienta CrystalDiskInfo así podría obtener información más detallada de él.
Por cierto, si todavía no usáis este programa, os lo recomiendo, con el tiempo, y utilizándolo de vez en cuando, os puede ayudar a anticiparos ante un mal funcionamiento de vuestro disco. Muchas veces, nuestro HDD puede dar avisos que su vida útil se está acabando y no darnos cuenta si no tenemos herramientas como CrystalDiskInfo.
Pues bien, siguiendo con el tema en cuestión, CrystalDiskInfo me mostró el siguiente problema:
El disco duro seguía funcionando sin problemas, pero como podéis observar, el programa detectó un problema que estaba poniendo en riesgo el componente.
Así pues, realizando unas búsquedas por la red encontré que una de las maneras de solucionar este problema era haciendo un Formateo a Bajo Nivel (Low Level Format).
Pero, ¿cuándo necesitamos hacer un formateo a bajo nivel?
Uno de los casos puede ser el expuesto en esta entrada: cuando se intenta leer o escribir en uno de los sectores del disco y por el motivo que sea no se puede. De ahí que se diga que los sectores están defectuosos.
Estos errores se pueden producir por fallos físicos (por ejemplo, que el disco haya sufrido algún golpe o caída) o fallos lógicos (relacionados con el software del dispositivo).
¿En qué consiste un formateo a bajo nivel?
Con un formateo a bajo nivel restableceremos todos los bits del disco duro, incluyendo la asignación de sectores. De esta manera, tras el formateo a bajo nivel, si hay sectores defectuosos lógicos volverán a asignarse de manera normal. Si los sectores defectuosos son por fallos físicos, serán omitidos en la asignación tras un formateo a bajo nivel.
En este formato se eliminarán los datos completamente, quedando el disco exactamente como cuando salió de la fábrica.
Tras un formateo a bajo nivel, podremos seguir utilizando el disco duro como lo hacíamos anteriormente, sin sufrir errores inesperados (al menos de este tipo).
¿Cómo hacer un formateo a bajo nivel?
En mi caso, utilicé la herramienta HDD LLF Tool, ya que el disco que estaba dando problemas no era el que contenía el sistema. Leí que en ese caso, se puede utilizar Hiren’s Boot.
Bien, sigamos: primero descargaremos el programa HDD LLF Tool.
Tener presente que existen dos licencias: una gratuita para uso personal, la cual formatea a una velocidad máxima de 180Gb por hora, es decir va a una velocidad de 50Mb/s, y una de pago, que no tiene limitación de velocidad.
Así que una vez abierto el programa, simplemente escogemos el disco afectado:
Apretamos en el botón de «Continue«, y nos aparecerá la siguiente pantalla:
En este caso, deberemos asegurarnos que todo lo que tenemos en el disco lo tenemos guardado o que por lo contrario estamos dispuestos a perderlo (ya que vamos a realizar un formateo), y apretando el botón de «Format this device» procederemos a realizar el formateo a bajo nivel.
En mi caso, fueron unas dos horas.
Para poderlo usar de nuevo, usé el administrador de discos de Windows, y nada más abrirlo me apreció el siguiente mensaje:
Para discos de menos de 2Tb, si queremos que la mayoría de dispostivos reconozcan nuestro disco duro HDD, encontré que la opción más adecuada era «MBR».
Una vez seleccionada la opción, apretamos en «Aceptar» y esperamos a que Windows inicialice el disco (puede tardar unos segundos).
Una vez hecho, ya podremos darle formato al disco para que podamos acceder a él y podamos empezar a usarlo de nuevo:
Los pasos para darle formato son sencillos (botón derecho sobre el disco y seguir los pasos):
Y éste fue el resultado:
Como podéis observar, todo ha vuelto a la normalidad. Podemos seguir utilizando nuestro disco como lo hacíamos anteriormente, aunque es cierto que a partir de ahora, tendremos que ir con pies de plomo y «escuchar» cómo se siente nuestro HDD.