Formatear y volver a instalar programas y drivers, es un poco pesado, ¿verdad?

Bueno, después de un tiempo en el cual he tenido mi querido blog abandonado, vuelvo a la carga con una entrada un tanto informática.

Se trata de lo siguiente: ¿Cuántas veces hemos formateado Windows e instalado los drivers y nuestro programario de nuevo? La verdad es que yo lo he hecho muchas veces, y sabía o conocía perfectamente la alternativa, pero nunca me acordaba o me daba pereza.

Esta vez, para mí, ha sido brutal la pérdida de tiempo en instalación de software y me he dicho a mí mismo, que nunca más volvería a instalarlo todo de nuevo. Quizá antes, me hacía gracia, pues era lo que estaba estudiando, y saberse los pasos de memoria, a veces, «sonaba divertido«. Pero ahora, la informática pasa a un plano inferior, y la comodidad es importantísima en estos momentos.

Así pues, decidí usar Ghost32 8.0 que venía en un cd de programario que se llama BartPE.

¿Qué nos permite este programa? Nos permite crear una imagen (es decir, una copia de nuestro disco duro igual pero comprimida) para que cuando queramos, la restauremos y volvamos a tener los datos de los cuales habíamos hecho la imagen. Digamos que es una copia de seguridad. Dejadme recalcar que esto, solo sirve para Windows.

Los pasos a seguir, una vez estamos fuera de Windows son los que mostraré a continuación. Por si no queda claro qué quiere decir «fuera de Windows» pues bien, simplemente significa arrancar el ordenador desde el cd (siempre mirando que nuestro BartPE o nuestro Ghost32 8.0 esté configurado como botable para que de esta manera arranque nada más encender el ordenador, sin cargar el Windows de siempre).

Así pues, empecemos a explicar cómo funciona Ghost32 8.0:

En esta captura, solo hay que darle a «OK» para pasar a la parte en si del programa, esta ventana simplemente nos muestra un «About» antes de empezar la aplicación:

Aquí empieza lo interesante. Si en una partición, como fue mi caso, tenéis el Windows y queréis hacer una copia de seguridad (una imagen), simplemente iréis a la parte donde pone «Local – Partition – To Image«. Si vuestra intención fuera hacerlo de un disco completo, tendrías que seguir los siguientes pasos: «Local – Disk – To Image«. (ahora, los pasos que siguen son iguales, escojas una partición o un disco entero):

Una vez clicado, en «To Image«, nos dirá que escojamos el disco o la partición de la cual queremos hacer una imagen.

Una vez escogida nos preguntará en qué partición o disco queremos guardar la imagen.

Una vez escogida la partición o el disco, navegaremos por él y guardaremos la imagen donde nosotros queramos con el nombre que queramos.

Una vez guardada, empezará el proceso, aunque antes os preguntará qué metodo de compresión queréis usar: No, High, Fast. Aquí podéis elegir, yo simplemente no usé método de compresión para que no hubieran futuros problemas. La única pega es que la imagen ocupa sus 15 buenos GB si no usas método de compresión.

Ahora viene la parte divertida, la que nos ahorrará volver a instalar Windows, drivers y programario: restaurar la imagen en un disco o partición. Para ello escogeremos la opción «Partition» o «Disk» y cuando estemos dentro de una de esas opciones marcaremos «From Image» (desde imagen).

Ahora solo tendremos que buscar nuestra imagen y agregarla al programa para que haga sus funciones.

Una vez escogida la imagen, tendremos que decirle en qué partición o disco queremos volcar la imagen.

Una vez seguidos estos pasos, el proceso empezará a hacer sus funciones y a restaurar la imagen, y por tanto a dejaros otra vez el disco duro como lo habíais dejado al principio: recién formateadito, con su Windows, sus drivers y sus programas.

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