Este texto lo escribí hará al menos cerca de 3 años o quizá más, lo publico porque quiero que se vea la evolución, y tampoco es que sea tan horrible de leer, y el tema de que trata es algo complicado… Me sorprende que pudiera escribir algo así en aquellos tiempos. Para que tengáis una idea, son simples teorías, pensamientos, pero que igualmente, no son mis creencias. Mis creencias aun no están formadas y lo que sigue existiendo es lo que viene a continuación, teorías, tanto simples, como complicadas… Y en este texto solo muestro tres burdas y tontas teorías, pero hay muchísimas más.
Mañanas de aburrimiento,
Tardes de distracción,
Noches de insomnio.
Reacciones provocadas por la simple causa de existir, ser persona, vivir en este mundo de sueño en los que todos creemos que lo que importa es aprovechar el día a día, puesto que más adelante, según nuestra forma de pensar, nuestra sociedad, es el fin, un mundo negro que nadie conoce con exactitud su final.
Dejando de banda la religión, la muerte se puede mostrar de varias maneras diferentes; la primera sería la muerte “oscura”. Con la muerte oscura me refiero a que una vez muerto (cuando tu corazón da su último látido, y tu cerebro su último respingo de información), vas a parar al mundo de la oscuridad.
Este mundo, es quizá el más conocido por la mayoría de personas no creyentes y no pensadoras de su propia vida. Personas que viven simplemente por el bienestar de su vida, por llegar a ser lo mejor, pero sabiendo que hay un final en ella que es la “nada”. Este aspecto quizá es el más negativo y quizá el más realista, no obstante, nos lleva a un vacío, que la mayoría de gente no sabe explicar.
El segundo tipo de muerte sería la reencarnación. Según otras culturas, nuestra alma, ha pertenecido o pertenecerá a un cuerpo de un animal. Todos nosotros, si pensamos, llegamos a la conclusión de que tenemos un animal preferido. Según algunas culturas, el agrado de un animal (sea un perro, un pájaro, un pez, una rata…) está directamente proporcionado con lo que éramos anteriormente.
Con esto se puede afirmar que el alma nunca muere y siempre va a parar a otro cuerpo que está a punto de nacer, solo que al morir, toda la memoria queda en nuestro cuerpo, y nada más los hechos más importantes permanecen en nuestra alma (sean sentimientos profundos, gustos, pensamientos que no solo nos han llegado al cerebro sino que al fondo de nuestra alma). Todo ello comporta a la desaparición de los recuerdos y a la conservación de dichos sentimientos, es por eso, que cualquier persona que se ponga a pensar en lo más hondo de su alma, puede entender que su alma no está vacía, ni tampoco llena por la persona, sino que contiene elementos que hoy en día no llegamos a comprender, donde miles de teorías afloran buscando una explicación a este fenómeno.
El tercer tipo de muerte, está más ligado a la religión. Esta historia me la explicó un compañero de clase. Afirma que no se siente del todo identificado con la religión, pero cree en la mayoría de hechos que se explican, ya que ve en ellos bases completamente sólidas. Pero el tema no es explicar la religión (en este caso la católica) sino explicar el tercer tipo de muerte. Tal y como empecé, según la Biblia, al principio de todos los tiempos existía un mundo perfecto donde todas las personas eran perfectas (ángeles) y reinaba la paz y la armonía entre todos. Este hecho duró cierto tiempo hasta que algunos de los ángeles empezaron a “comportarse mal” en el mundo perfecto de Dios. Dios, como ser espiritual de gran poder decidió castigar a dichos ángeles que se habían comportado mal en su mundo y decidió crear un infierno para ellos. Dios creó ese infierno para que las almas de los ángeles pudieran purificarse y con ello limpiar todos sus pecados. Es decir, volviendo al tema principal, creó un infierno.
La pregunta está en: ¿Para vosotros, qué es ese infierno?
La respuesta típica de un creyente o hasta de un no creyente es sencilla. El infierno es un mundo que está por debajo de nuestros pies, es invisible, reina el fuego de la tierra y ahí están todos los que son castigados por Dios.
Pues bien, ahora pensemos una cosa: ¿Cuántos infiernos creó Dios? Según la Biblia solo creó uno, y ese infierno no era nada de llamas, ni fuego, ni temor, ni miedo, ni castigo…Simplemente, era un mundo paralelo al suyo, o quizá un invento de su “retorcida” mente. El caso es que Dios creó un mundo para los ángeles castigados y dicho infierno fue nombrado como “La Tierra, o el Planeta Tierra”.
Una vez acabada la explicación surgen dudas: según la religión cristiana, nuestro mundo es el que creó Dios, y por tanto, no es ningún infierno. Es una duda razonable, pero muy fácil de resolver puesto que Dios, lo queramos o no, es algo intangible pero, según la religión existe. Así pues, la respuesta a saber cuál es el inferno es la siguiente: nuestro mundo (mundo tangible), y el cielo, el lugar de los ángeles es el mundo paralelo (mundo intangible para nosotros pero que existe para las almas perfectas donde la verdad reina en todos los sitios) y Dios, es un ser omnipotente que lo ha creado todo.
Y aquí es donde entra el tema de la muerte. Según nuestros pecados en la Tierra, seremos juzgados por ángeles que decidirán si vas al mundo perfecto o al mundo imperfecto. Si vas al mundo perfecto ascenderás al mundo paralelo (el primer mundo creado por Dios), si por lo contrario, los ángeles deciden que no mereces ser digno de pisar el mundo perfecto, serás enviado “de nuevo” al infierno (el planeta Tierra).
Con esta teoría se puede responder la pregunta de: ¿Por qué si Dios existe permite que pasen todas estas desgracias?
Porque Dios no aprecia el infierno ni tampoco a los pecadores.
¿Por qué existe una Biblia que explica un concepto de la vida, la muerte, el infierno y el cielo totalmente diferente a tu explicación?
Porque Dios quiere que todos sus ángeles vuelvan al mundo perfecto y necesita guiarlos de alguna manera. Por ese motivo se inventa una “Biblia”. Si pensamos más a fondo, observamos que todo lo que dice la Biblia es algo irreal y con pocas bases sólidas, pero es posible que Dios se equivocase creando un infierno tan imperfecto lleno de preguntas sin respuestas.